El 8 de septiembre de 2020 se oficializó la Ley número 21.236, cuyo fin es establecer regulaciones sobre la portabilidad financiera. Ante esto, El Centro conversó con Felipe Guzmán, subgerente comercial de la Constructora e Inmobiliaria Malpo, quien explicó por qué esto favorece la compra de viviendas en medio de la situación actual en materia financiera.
La economía chilena y mundial se ha visto afectada por la pandemia de Covid-19. En 2020, el país experimentó una contracción del PIB del 5,8% según cifras del Banco Central. Una realidad que hasta la fecha trae repercusiones, siendo una de las más potentes la caída en la compra de viviendas y propiedades.
Para diciembre de 2022, la Cámara Chilena de la Construcción (CchC) proyectó una caída del 31% en las ventas inmobiliarias y por lo tanto con ello, mayor dificultad para el acceso al hogar.
Si bien la recesión afecta directamente los bolsillos, existen quienes consideran que simplemente no es un buen momento para adquirir una vivienda, no obstante tal creencia es un mito. La realidad chilena incentiva la competencia de tal manera que siempre sea el momento idóneo. Así lo explica el experto en propiedades inmobiliarias Felipe Guzmán, subgerente comercial de la Constructora e Inmobiliaria Malpo, quien conversó en exclusiva con El Centro para desmitificar esta errónea creencia.
Ley 21.236 de portabilidad financiera
Promulgada en el segundo gobierno de Sebastián Piñera, el objetivo principal de la Ley de Portabilidad Financiera es darle libertad a los clientes que soliciten un crédito, ya sean hipotecarios, automotrices, de consumo, u otros. De esta manera las personas pueden, al día de hoy, cambiarse de banco acudiendo al que le entregue mejores condiciones.
Uno de los principales beneficios sociales de la norma, es que esta propicia una mayor competencia entre las entidades financieras, las cuales se ven obligadas a entregar una mejor oferta bancaria.
Para comprender este fenómeno en mayor profundidad, Felipe Guzmán conversó con El Centro.
El ingeniero civil industrial explica en palabras sencillas que “la legislación da la libertad al cliente de decir “el de al lado me está entregando un mejor producto que tú, por lo cual yo me puedo cambiar “”.
Y añade que, incluso, quienes tengan más de un crédito pueden agrupar sus pagos en una sola cuota. “Esto viene especialmente en beneficio a esa gente que tiene tres o cuatro créditos y está ‘medio ahogado’ pagando muchas cuotas, entonces lo que permite la Ley 21.236 es entregar todo a una institución financiera, para que de esta forma se cobre una sola cuota, lo cual siempre será mucho mejor que pagar cuatro cuotas consecutivas”.
Otros de los principales beneficios de la portabilidad financiera, son las garantías y los procedimientos menos burocráticos:
“Antiguamente uno podía hacer este cambio de crédito, cambiarse al banco al lado; pero te exigían pagar tasación todo de nuevo, reliquidar el crédito anterior, nuevas garantías, nuevo notario, nuevo conservador, nuevo abogado. En cambio, hoy en día simplemente hay que hacer un informe del crédito. Tú vas al banco donde quieres mejorar tu crédito y las entidades financieras se relacionan directamente entre sí, además de que mantienen la misma tasación, las mismas garantías, no hay costos de notaría, no hay costos de abogados, solamente hay un costo del conservador que más encima está reducido por ley”.
¿Cuándo es el mejor momento para pedir un crédito hipotecario?
Para cerrar, el licenciado en ciencias de la ingeniería, entrega la confianza de que nunca es un error adquirir una propiedad y, si se tiene la oportunidad, hay que hacerlo: “En el mundo inmobiliario siempre es mejor ‘comprar hoy día que mañana’, esto debido a que siempre se van encareciendo los terrenos y viviendas (…) “Siempre es un buen minuto para optar a un crédito, ya que el precio siempre será mejor hoy que el día de mañana” asegura el experto en propiedades.
Finalmente asegura: “La libertad que poseen ahora los clientes, ayuda a tener mejores términos para las personas. Antiguamente las personas tenían que estar desde el día uno hasta el final del crédito con las mismas condiciones y en la misma institución. Ahora esto ya no es así, ya que el cliente puede optar a estar siempre mejor y cambiarse cuantas veces sea necesario, sin tener repercusiones sino sólo beneficios y un mejor pacto”.
